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Convocatoria Juevera para el 5/11/2015: ¡Enamorados!

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            ¡Enamorados! Este jueves el relato es cosa de dos.  Enamorarse en una aventura apasionante que todos hemos vivido alguna vez. Sentimiento que late todavía en el corazón, o inmortalizado en nuestra memoria. Cuéntanos tu historia de Amor como si fuera una película en color. Sí, la tuya con ese hombre del que sigues enamorada; con aquella mujer que continua volviéndote loco; con ese profesor de literatura que te enamoró con Machado, o con la rubia de Pilates que te quita el sueño.  O si te apetece, inventa una ficción con los clásicos: Romeo y Julieta, El Quijote y Dulcinea, los Amantes de Teruel. Una historia de Amor en no más de 350 palabras, que publiques a partir del miércoles noche y me lo notifiques, para enlazaros juntos, en un comentario en este Post.  La imagen, si no te gusta la mía, la pones tú. Te espero.               

Este jueves, relato: Olores. (Revisado)

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Vivo en un octavo. Cada día, el ascensor acude a mi planta con la precisión de un tren de alta velocidad. La puertas se abren, invitándome a entrar a la primera sensación del día: Un penetrante aroma a café recién hecho.   Pulso el botón de bajada y comienza la aventura de cada mañana: oler, planta por planta, intentando adivinar en cuál de ellas es más fuerte el olor a café. Ubicar su origen, poniéndole cara a esas manos que han mezclado, molido y filtrado, hasta conseguir ese cremoso exprés de tan exquisito aroma y sabor.   El descenso es corto, y la carrera de olfatear se concentra al paso de los diferentes pisos.  Podría ser Carmen la del séptimo, se levanta temprano y a estas horas lleva a la niña al colegio, seguro que vuelve para apurar el resto de su cafetera. Manuel el del sexto trabaja en casa, es informático, pero no me lo imagino trajinando en la cocina, es más de cafetería. Desestimo a la pareja del quinto, ambos trabajan en Iberia y esta semana vuelan a

Palabra: Eduardo.

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Para Eduardo. Es evidente que somos, no lo es tanto que estamos.  Ser, se da por hecho. Estar, se siente.  Ser, no tiene más mérito que pertenecer por defecto.  Estar, es meritorio, comprometido, generoso, ejemplar.  Eduardo además de ser... estaba. Siguiendo una sugerencia de Sindel