Este jueves, relato: Un pecado capital, Soberbia
Tomasa fue requerida al centro escolar para recibir la primera protesta seria por el comportamiento de su hijo. La soberbia de Carlos empezaba a preocupar a su maestro que, veía en él, una actitud más grave que las habituales travesuras a las que le tenía acostumbrado. Con tan sólo 12 años, desconocía el significado de la palabra soberbia. Su madre, Tomasa, tampoco lo sabía. -Señora... ¡su hijo es soberbio! -¿Sober... qué? -Soberbio, arrogante, vanidoso... -No entiendo -argumentó Tomasa, haciéndose la despistada. -Pues es muy sencillo, Carlos se cree superior a sus compañeros, es orgulloso y se valora en exceso; y esa soberbia le está enfrentando y distanciando del resto de los alumnos. -Pero... si mi Carlitos, en casa, se porta muy bien: ayuda en la cocina, controla a sus hermanos. ¿Y las notas. qué me dice de las notas... son buenas no? -Sí, pero estos días, me están llegando muchas quejas, ayer por ejemplo, quitó a empujones a un compañero para sentarse él, al lado