Este jueves, relato: Desenvolviendo regalos anónimos.
Este jueves el relato viene envuelto en una caja anónima. La mía consiste en seguir libremente el estribillo de una canción, que ha resultado ser esta de Joaquín Sabina: "Más de cien palabras, más de cien motivos para no cortarse de un tajo las venas, más de cien pupilas donde vernos vivos, más de cien mentiras que valen la pena". Y dicho esto, el "nano", que había permanecido sobre su taburete, se levantó, envolvió con su brazo a su compadre y se dispuso a seguir con la canción. Sólo tenía que doblar el estribillo, tal y como lo venía haciendo en toda la gira, pero le traicionó un falsete que le dejó atónito. Carraspeó, tosió, pero la melodía no le salía. Los gallos se sucedían sin remisión. Miró al público con cara de circunstancias, y se tocó la garganta buscando una explicación. Tragó saliva y empezó de nuevo. Tenía que recuperar aquella estrofa como fuese: "Más de cien..." nada, no había forma. Su voz, esa entre oscura y trémul