Los domingos, Limpieza General. "La Dama que inventó la Noche" (Aireando viejos relatos)
Al joven Aristarco le perturbaba la noche, no entendía el cambio a ese gris oscuro, casi negro, tan diferente al del día, tan claro y luminoso al que se había acostumbrado y asumía como natural, no así la noche que suponía para él, (consumando curioso) un verdadero quebradero de cabeza. Le inquietaban los fenómenos que aunque aparentemente normales, no terminaba de entender y para los que aseguraba habría alguna explicación. Repasaba diariamente el proceso de oscurecimiento al tiempo que se producía, en una secuencia casi exacta o al menos eso parecía indicarle su particular medición del tiempo, e intrigado presenciaba el transito pausado que el estado de absoluta claridad daba paso irremediablemente a la más enigmática de las sombras. Pensó que algo tendría que ver en esa secuencial forma de manifestarse, por un lado el espacio que habitaba y por otro su relación con esa bola amarilla de visión casi insoportable de cegadora luminosidad, conocía por sus maestros