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Este jueves, relato: El Tren

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“En el tren que se alejó, va mi amor que me dejó. Que de mí se ha separado sin adiós. En mi mente siempre está el recuerdo de aquel tren que alejó quinientas millas mi querer…” Una y otra vez me esforzaba en dar el tono, en evitar los gallos, en no adelantar y no atrasar, en ligar una estrofa medianamente aceptable… ¡Pero no! Decididamente cantar no era lo mío. A mi lado, Trenzano, trataba de mitigar mis desentonos escondiéndolos tras el punteo de su guitarra eléctrica que acompañaba mi voz con resignación y caridad. Mi osadía no tenía límites, casi tan pocos como el respeto por una melodía que en su origen debería ser dulce y romanticona. La sensibilidad de Trenzano no soportó semejante desatino y entre notas (las suyas) me dijo al oído: -¿Por qué no pruebas silbando? Por la gloria de Sinatra y por compensación a Ennio Sangiusto y su tren que “500 Millas” se alejó, nunca más he cogido un micrófono… (Para cantar, claro)           Más trenes con pasajeros en el

Palabra 9 de 52: "DUDA"

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Sí, no, sí, no, sí, no, sí, no, sí, no, sí, no, sí, no, sí, no, sí... La vida es un encaje de bolillos. Más dudas en el Blog de Karina

Este jueves, relato: Vida Insípida.

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     Eran el arquetipo de la mediocridad compartida. Se conocieron en la Universidad. Médico él, médico ella, jugaron a “papás y mamás” intensamente durante un año, y se sumergieron en la más absoluta de la indiferencia durante el siguiente. Esta relación duró toda la vida, viviendo in crescendo diferentes grados de insipidez. A ambos los resucitaron terceros que llenaron sus vidas de emoción, y disimulaban anonadados en presencia de la persona que inspirara su pasión durante un único y lejano año.    La sombra de sus cuerpos seguía presente, anodina y oscura. Gris y desaparecida. Su corazón en cambio volaba hasta el estremecimiento y sus ojos en claro contraste con la tristeza de sus rostros, brillaban con la esperanza del infiel encuentro. Cada uno desconocía el del otro y era preceptivo aparentar normalidad, renunciando a la persona que inspiró su primeriza pasión y a la que ahora se condenaba recíprocamente a una soportable vida insípida. Más vidas insípidas en el B